Escuela y consumo

En la Cumbre de Johannesburgo, en 2002: se señaló que “el 15% de la población mundial que vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo total del mundo, mientras que el 40% más pobre, en los países de bajos ingresos, es responsable solamente del 11% del consumo”. Y mientras el consumo del “Norte” sigue creciendo, “el consumo del hogar africano medio –se añade en el mismo informe- es un 20% inferior al de hace 25 años” (http://www.un.org/spanish/conferences/wssd/modelos_ni.htm).

El consumo en la actualidad representa un factor clave en la sociedad afectando al patrimonio natural y cultural, lo que implica e involucra afectaciones en la vida personal y social de los individuos. Desde el punto de vista de Castillejo (2011:39), el consumo está claramente vinculado con la creación de las identidades personales y con la realidad social de los individuos, puesto que los productos, los anuncios y las marcas ayudan a construir la personalidad y a dotar al individuo de un determinado sentido de sí mismo, sobre todo en los segmentos más inmaduros y acríticos de la población.

Desde este punto de vista es que se considera relevante los procesos educativos que permitan sentar las bases de la educación para el consumo, si consideramos que hoy en día el consumo representa un reto esencial para cualquier ciudadano y para la sociedad entera. Ejemplo de ello es ver a niñas y niños como clientes, compradores y gastadores; seducidos por el consumo, actuando como consumidores. Un dato curioso es que en la actualidad los niños y niñas crecen en una sociedad de consumo que los obliga a establecer un contacto temprano con el dinero.

Es imperante formar consumidores responsables y conocedores de las consecuencias de sus actos se debe aprender a consumir con prudencia y responsabilidad y a ser exigente. Sólo gracias a una formación pertinente en este terreno puede el ser humano ser libre y responsable como consumidor, por ello, las escuelas con iniciativas más integrales e inquietas se ocupan de educar para el consumo mediante la inclusión de propuestas en sus actividades curriculares y reflexivas.

Te invitamos reflexionar sobre tu propio consumo y compartimos información que puede ser de utilidad para implementar acciones con tus alumnos en la escuela.